Hay épocas del año que se viven a otro ritmo. Para nosotros, la Cuaresma es exactamente eso: un tiempo que suena diferente, que se siente más intenso y que nos conecta, a través de la música, con lo más profundo de nuestra identidad como banda.
Este 2025 ha sido, sin duda, una Cuaresma inolvidable, llena de kilómetros, emociones, estrenos y momentos que se quedarán con nosotros para siempre. Ha sido un auténtico privilegio llevar nuestros sones a tantos rincones, y no podemos estar más agradecidos por el cariño recibido en cada uno de ellos.
Comenzamos, previos a Cuaresma, con el concierto en Huércal de Almería, una tierra que nos acogió con los brazos abiertos y donde vivimos una jornada que marcó el tono de lo que vendría después. A partir de ahí, Málaga, Granada y Córdoba se llenaron de música con nuestras siguientes citas en Arriate, Atarfe y Lucena, demostrando que el mensaje que la música que llevamos en nuestros corazones no entiende de distancias.
También ha sido una Cuaresma de trabajo intenso junto a nuestra hermandad. El 14 y el 24 de marzo volvimos a participar en los ensayos del Nazareno del Paso, compartiendo música, sensaciones y el orgullo de volver a estar a su lado un año más, caminando juntos.
Y si hay algo que nos hace especial ilusión es compartir música nueva. El 16 de marzo, durante el concierto para la Hermandad de la Humildad, en el Colegio El Monte, estrenamos “Siervos de tu Humildad”, una obra Alfonso López Cortés que nació desde dentro, de alma victoriana y con todo el cariño hacia nuestro Ecce Homo. Un estreno muy especial, que estamos deseando interpretar en las calles de Málaga tras el Señor.
Pero si hubo un broche perfecto para esta Cuaresma, fue el concierto del 30 de marzo en nuestra Basílica de La Esperanza. Allí, ante nuestra gente, estrenamos “Todos los Caminos llevan a la Esperanza”, de Alfonso López Cortés, una marcha que habla de lo que somos, de lo que sentimos y de lo que queremos transmitir con nuestra música. Nuestra ofrenda musical a la Virgen de la Esperanza antes de su partida a la Ciudad Eterna. Fue un momento mágico, imposible de describir con palabras.
A todos los que habéis confiado en nosotros, a quienes habéis estado detrás de cada concierto, cada ensayo, cada aplauso y cada pequeño detalle: gracias. Gracias por hacernos sentir parte de algo tan grande. Gracias por darnos la oportunidad de seguir creciendo.
Ahora, con el corazón lleno, miramos de frente a la Semana Santa. Con ganas de que Málaga escuche lo que hemos preparado, de que nuestros estrenos tomen las calles y de que cada nota que salga de nuestros metales hable por nosotros.
Porque esta Cuaresma ha sido intensa… pero lo mejor aún está por venir.